jueves, 29 de marzo de 2007

LA ULTIMA LOCURA NIPONA: EL DORODANGO



¿Quién de nosotros, en alguna ocasión de su vida, no ha jugado o hecho una bola de plastilina, nieve o barro? Pues bien, como es habitual en los nipones, elevan lo banal a la categoría de arte.

El encuentro casual del Profesor Fumio Kayo (Profesor de la prestigiosa Universidad de la Educación de Kyoto) con una de esta bolas confeccionadas por un preescolar, le provocó un gran interés. En su afán por encontrar métodos de refuerzo para el desarrollo psicológico infantil, pensó que sería interesante crear una guía sencilla para modelar estas bolas por todos los niños.

Cuando Kayo presentó su nuevo método a un grupo de escolares, éstos reaccionaron de manera muy positiva, pasaban largo tiempo amasando la pelota de barro, cuidando su forma y esmerándose en su posterior pulido, eligiendo el mejor barro, la mejor tierra y el mejor polvo. Una vez conseguida, la sensación de triunfo del niño es notable, sintiéndose orgulloso del acabado brillante de la esfera, convirtiéndose así en una especie de tesoro particular.

El éxito del experimento fue rotundo haciéndose muy popular en poco tiempo, pero caló profundamente en la sociedad nipona cuando un locutor de la cadena nacional NHK se hizo eco en su programa a finales del 2001. Desde ese momento miles de niños y adultos de todo Japón intentan modelar esas maravillosas bolas.

A continuación describiré lo más sencilla y detalladamente posible, el proceso de creación de uno de estos hikaru dorodangos (literalmente "bolas de fango brillantes":


Paso 1: Hacer el barro.

Añada agua a una zona o envase con tierra lo mas homogénea posible. La proporción de agua no es exacta, por lo tanto, tendrá que añadir agua poco a poco hasta conseguir una masa consistente y moldeable.



Paso 2: Hacer la bola.

Coja un puñado de barro y comience a formar una esfera con las dos manos, presionándola de manera que expulse el máximo de agua posible. Elimine irregularidades pasándose la bola de una mano a otra. Una vez satisfecho con el resultado y cuando la superficie de la bola aún tenga un tacto pegajoso, siga al paso 3.



Paso 3: Creación de la cápsula preliminar.

Sujetando la bola suavemente con una mano, coja puñados de tierra seca con la otra y rocíe con ella la pelota. Con la curvatura exterior del pulgar de la mano que sujeta la bola elimine el exceso. Vaya rotando la bola hasta cubrirla en su totalidad con la tierra seca. Evidentemente, al añadir dicha tierra, la absorción de la humedad será muy rápida, si no somos hábiles en este paso, aparecerán grietas.






Paso 4: Extraer la humedad

Existen varios métodos para este paso. El primero es colocar el resultado a la sombra, en un paño seco de cocina. Aproximadamente cada 60minutos dar la vuelta a la bola para que salga toda la humedad del interior. El problema de este método son los factores que intervienen como el clima, el grosor de la bola y el tiempo de volteo.



Para evitar que el secado no sea de manera homogénea se propone otra alternativa.
Introducir la bola en una bolsa de plástico transparente (de las que se usan en cocina). Sellarla lo mejor posible y colocarla en algo suave para impedir que se deforme la esfera.


Aproximadamente a los 20 minutos la humedad se condensará en el interior de la bolsa y la superficie de la bola, se mojará de nuevo. Saque la bola de la bolsa y repita el paso 3. Devuelva la pelota a la bolsa antes de que las grietas comiencen a aparecer.



Repita los pasos 3 y 4 hasta que la superficie de la pelota adquiera un tacto similar al cuero. Evidentemente a medida que la bola adquiera mayor tamaño y dureza, tardará más tiempo en condensar el agua en la bolsa. Un truco útil para acelerar este proceso es introducir en el frigorífico la bolsa con la bola. En este punto tenemos que tener especial cuidado ya que la evacuación de la humedad se acelera notablemente corriendo el riesgo de que condense demasiado, disolviendo la bola por la parte que ésta se apoya.

Paso 5: Creación del estrato final de la cápsula.

Para conseguir el acabado brillante del dorodango necesita aplicar un estrato final de partículas sumamente finas de polvo de tierra.


Simplemente, pase la palma de la mano lo más seca posible por ese polvo y frote suavemente la bola para que se adhieran dichas partículas.


Continúe este proceso hasta que la humedad de la superficie haya sido completamente absorbida. Introduzca la bola en la bolsa para el proceso antes descrito. Repita este paso tantas veces como le sea posible, hasta conseguir la capa final lo mas gruesa posible. Si después de sacar la bola de la bolsa, ésta no admite más partículas de polvo, ya está lista para la fase final.

Paso 6: El lustre.

Saque la bola de la bolsa y déjela reposar unos 20 minutos. Pula con un trapo o tela suave, de manera muy cuidadosa, la superficie de la pelota. Si tiene restos de humedad en la superficie, posiblemente arrastremos capas de polvo arruinando así el acabado. Una vez cerciorados de que la superficie de la bola está totalmente seca, frote o pula de manera más vigorosa hasta conseguir que brille.





Huelga decir que dependiendo del tipo de polvo que usemos para la fabricación de la cápsula, tendremos un resultado u otro. He aquí una muestra de diferentes acabados:















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Abrazos.



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